Esta antigua fase indígena que desarrolló entre los años 600 a. C. y 400 d. C.
Tuvo su asentamiento principal en el estuario del río Santiago, al
norte de la provincia de Esmeraldas, y su nombre se debe a una de las
islas que se encuentran en la desembocadura de dicho río, en la que
existen numerosas Tolas o monumentos funerarios en forma de montículos
de tierra.
Fueron magníficos orfebres y talladores de piedras preciosas, y
basaron su economía principalmente en la agricultura, aprovechando las
ventajas que ofrece la rica tierra de la zona. Fueron además muy buenos
artesanos y desarrollaron variadas técnicas para la elaboración de
textiles, y para trabajar el hueso, el cuero y las plumas.
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